martes, 13 de mayo de 2014

Ezequiel en Setenil

 
Ezequiel es un hombre menudo, sus ojos son pequeños pero expresivos y curiosos, creo que algo claros. Su indumentaria es parecida a la que conocemos del programa  Tierra y Mar aunque quizás el pasado viernes  fuera algo más clásico. Como siempre, apareció tocado con esa famosa “mascota” que se ha hecho tan popular y que se ha convertido en su sello particular.
Ezequiel paseó por Setenil, visita de rigor a la Iglesia Mayor y al Lizón, y saludó a tantos paisanos como se le acercaron. Luego bajó a las Cuevas para hablar de su libro.
Al empezar la charla hizo referencia al discurso de José Saramago cuando la ceremonia de los Nobel , allá por 1998,  aquel en el que hace una alabanza de las gentes del campo a través de la figura de sus abuelos: “El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo, llevando hasta el pasto la media docena de cerdas de cuya fertilidad se alimentaban él y la mujer…”
Así empezó su charla. El auditorio estaba conformado por una gran variedad de personas, jóvenes y mayores, gentes del campo, algunos emprendedores  locales. Ezequiel hizo un breve repaso a la temática del libro que allí presentaba. Desde el primer momento quedó patente la cercanía del protagonista y su raza de periodista, de indagador de las vidas ajenas. Reclamaba ese contacto con la gente que allí se congregaba. Luego, en la firma de ejemplares, demostró su oficio cuando preguntaba a cada uno para poder personalizar las dedicatorias; ¿Cuántos olivos tienes? ¿Cómo recolectas  las almendras? ¿Qué raza de oveja estáis criando?
El campo y sus gentes, también el mar,  los animales que pueblan esta tierra, los antiguos oficios, las formas de vida, pero sobre todo sus gentes, a los que Ezequiel Martínez ha sacado del anonimato y ha dotado de un halo de dignidad. Ese es el gran legado de Tierra y Mar, esa es la filosofía del programa y de eso trata el libro.
Podremos no compartir al cien por cien todas sus afirmaciones, podemos discernir con él en su forma de entender el mundo rural, pero esa forma de pensar es honrar la memoria de nuestros abuelos y de sus formas de vida, de la gente que mimaba los olivos durante todo el año y que vareaba con cuidado para no dañarlos, de los que trillaban en la era, de los que aventaban el grano, de los carboneros y caleros que vivían del monte y las encinas, de los cabreros que recorrían cañadas y veredas, que desmochaban los chopos en verano para saciar la sed de sus animales. Paisaje y paisanaje, compromiso y respeto, mirar al pasado para afrontar con garantías el futuro… Yo no sé ustedes, pero oyendo a Ezequiel se me vino a la cabeza la figura de mi abuelo, de aquel hombre humilde que por la mañana hacía pan en su horno de leña y por las tardes subía al Manchón para regar su huerta.  ¡Qué me hubiera gustado poder presentarle esa tarde a Juan Solano!
Al principio de la charla, cuando Pedro Andrades presentaba al famoso periodista de Canal Sur, Ezequiel subió la mirada al techo de roca bajo el que se celebraba el acto. En un reborde de la piedra tosca, las golondrinas se afanaban en fabricar sus nidos de barro, del río al tajo,  del tajo al río, peyaita a peyaita, y esos inconfundibles chilliitos que son el anuncio del cercano estío.
Absorto en el trabajo de estos pajarillos Ezequiel estuvo abstraído por unos segundos, quizás reclamando para sí y para todos el derecho al silencio, al sosiego,  al disfrute de la contemplación de la naturaleza y la sonora verdad del rumor del agua.

"Para mí ha sido un orgullo y una satisfacción compartir las vivencias de la gente trabajadora del campo y de la mar, acompañando a los profesionales y amigos del programa y de la RTVA con quienes he tenido el honor de convivir en todos estos últimos, y fructíferos, años de mi vida laboral que me han llevado al estado de júbilo en el que me encuentro."

Ezequiel Martínez. Tierra y mar.

Para saber más:
Discurso de José Saramago. Saramago, opiniones.
Ezequiel Martínez bajo los tajos de Setenil.  Imagina Setenil

Estas fotos son del reportaje que realizó Ángel Medina Laín, a quién agradecemos su trabajo.





Ezequiel y Sebastián. La cercanía del periodista
 

Francisco y Juan, de la Junta de San Isidro Labrador,
le ofrecen a Ezequiel la medalla de la hermandad
 

Ezequiel y Pedro, maestro de ceremonias del acto
 

Ezequiel firma ejemplares rodeado de productos locales
 


Su "mascota", sello inconfundible
 

4 comentarios:

  1. Enhorabuena Rafael por tu crónica del acto de presentación del libro. Reflejas muy bien, y con mucha generosidad como me sentí, y te fijas y pones el acento en "los invisibles" que son los verdaderos protagonistas del libro, y a los que, junto a mis compañeros y compañeras, he tratado de rescatar del olvido, y por eso reproduzco algunas de sus declaraciones y vivencias, para que su memoria no se pierda y quede documentada en este libro "Tierra y Mar", en el que homenajeamos a los hombres y a las mujeres que viven y cuidan del campo y de la mar de Andalucía. Gracias por tu trabajo que de forma local expandes a lo global a través de INTERNET. Y ¡Viva San Isidro! Ezequiel Martínez

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  2. Enhorabuena por tu crónica de un libro anunciado en Setenil. Gracias, has sido muy amable y generoso conmigo. Y reflejas muy bien el homenaje que tratamos de hacer hacia "los invisibles", hacia los hombres y mujeres que viven, trabajan y cuidan del medio rural, pesquero y medioambiental. Ezequiel Martínez

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  3. Qué buen escritor eres joio!!!!

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  4. ¡Viva San Isidro! Ezequiel, y muchas gracias por todo. Hombre bueno en el buen sentido de la palabra, como decía el gran Don Antonio.

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