miércoles, 18 de febrero de 2009

La vida en la Frontera. Setenil.

Antes de hablar de lo que sería La Conquista de Setenil por los cristianos, no quiero dejar atrás otras cuestiones y sucesos que marcan el siglo XV en nuestro pueblo y su comarca.
Como ya hemos dicho en anteriores entradas, durante todo el siglo se produce un aparente estado de guerra larvado, que si en el lado cristiano tiene pinta de escaramuzas de ejercicio y obtención de botín, en el bando granadino adquieren tinte de heróica resistencia y defensa. No quiere decir esto que para los cristianos de la frontera la cosa fuera fácil ni mucho menos, sino que mientras que los reinos cristianos tenían su retaguardia en completa seguridad, para los granadinos era la misma integridad del Reino la que estaba en peligro.
Se mantiene pues este estado durante casi todo el XV, con escaramuzas, correrías y cabalgadas, la toma de alguna plaza importante y sucesivas firmas de treguas, que incluso eran prorrogadas como si de contratos se tratase. No sería lógico la existencia de estables poblaciones humanas durante un siglo completo, si están en constante guerra y si no es alternando estados de tensión con periodos de paz. De todas formas, me imagino yo a ese morillo setenileño labrando en su huerta y con el rabillo del ojo mirando, por si aparece el Fernandarias por una loma.
Eran normales como digo las treguas, sobre todo para la realización de arriendos y transacciones económicas, sobre todo en el caso de la montanera para el ganado porcino, en el que los encinares setenileños tendrían mucho que decir. Los musulmanes, como sabemos, no comen carne de cerdo y poco sería el aprovechamiento que le darían a nuestras dulces bellotas, así que arrendaban por unos meses sus dehesas a ganaderos cristianos, que desde la zona de Sevilla acercaban enormes piaras de cochinos a los entonces, seguramente, mucho más densos encinares.

En la obra "Dinamismo social en el Reino Nazarí" [ver bibliografía de: El Cordi. Alcaide de Setenil], en la página 295 concretamente, se expone una tregua firmada en el 1450 entre el Alcaide de Ronda, el Alcaide de Setenil (supongo que un pariente de nuestro Cordi) y Juan Ponce de León, Conde de Arcos, y donde se felicitan los tres de manera muy ceremoniosa por el sobreseimiento de la guerra en el tramo fronterizo que va desde Antequera a Tarifa, nada más y nada menos, lo cual nos da idea de la importancia de Setenil como ciudad fronteriza y enclave estratégico:
Al muy alto, verdadero fidalgo, cavallero don Juan Ponce de León, conde de Arcos, señor de Marchena, Capitán Mayor de la Frontera [...].
Amigo, Abrahen AlcabÇani, alcaide de la Çibdad de Ronda y alcuaÇiles e cavalleros e omes buenos de la dicha cibdad, e AbolcaÇin el Cordi, alcaide la villa de Setenil, vos enbiamos muchos saludos, como a quien somos prestos a vos complacer en todas las cosas que a vuestra honra conplideras sean [...]
A nos plase y plogo mucho otorgar por nuestra parte el sobreseymiento de la guerra, desde Antequera a Tarifa, por el tiempo limitado en la dicha vuestra carta la cual [...].
No hay que olvidar que estos que firman hoy tan generosa tregua son los mismos que en otra ocasión se presentarán batalla, y no dudarán en alancear a sus enemigos y robarles cuanto puedan. Son las cosas de la frontera.
De entre los hechos de armas que destacan en el XV, ya hemos hablado del asedio del Infante de Atequera y del Romance de la Venganza de Fernanadarias, que seguramente no fueron hechos aislados, pero que son los mejor documentados de principios del siglo.
Tenemos otras acciones que repercuten en Setenil, y que siguiendo el delicioso relato que José De Las Cuevas nos hace en su monografía [ver bibliografía de El Cordi], serían los siguientes:
El 28 de enero de 1438 llegan noticias a Jerez de la sublevación de los cautivos cristianos en Setenil, que se han hecho fuertes en el Torreón de la Villa. Los jerezanos corren a ayudarlos pero otra carta les hace desistir: [...] No id ya, y si habéis salido, volved, porque los cautivos de Setenil no han podido sustentarse y se han entregado[...] [Historia de Jerez de la Frontera. P.F.E. Rallón, Tomo III, Cap. XXVIII. Pág.153]. Se ignora la suerte que pudieron correr estas criaturas, pero conociendo las constumbres de la época, mejor no saberlo.
En 1455, el Rey ordena al Duque de Medina Sidonia que emprenda una tala por Setenil. Que significa esto, pues adentrarse en territorio enemigo y hacer cuanto daño sea posible, en este caso talar viñas, que es lo que hay plantado en las inmediaciones de la villa. [Historia y Anales de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de La Frontera. Jerez, 1887, Lib. III,Año 1455. Bartolomé Gutiérrez]. Los detalles son muy interesantes, pues se habla de los preparativos, los permisos, el presupuesto. El Duque pide que los caballeros [...] sean buenos mancebos e bien encabalgados e los peones lleven sus espadas y cuchillos de talar [...], que sabe el de Medina Sidonia como se las gasta la guarnición de Setenil.
Ya por el 1481, el Duque de Cádiz envía a Setenil escaladores, una tropa de élite especializada en la toma de escarpadas fortalezas por sorpresa y que se hicieron famosas en Alhama y Zahara, pero que en el intento de tomar Setenil la cagan, según cuenta Bernáldez en su crónica: [...] e tomar Setenil si no fuera por la cobardía de los escuderos que los envió a escalar [...]. Y me imagino yo a estos pobres escaladores tajo arriba, y los moros lanzándoles recios bollanos de piedra caliza desde El Lizón. Encima la guasa del cronista que les llama cobardes. A este Bernaldez, Cura de los Palacios, me hubiera gustado verlo subir por la maroma. [Memoria. Benito Cárdenas. Bandos de Jerez. I. Moreno Guerra].
No quiero terminar estas entradas relativas a la vida en la frontera, sin hacer mención a los romances. No hace mucho se dieron en Setenil unas jornadas históricas organizadas por el Ayuntamiento, y donde conferenció una profesora de Cádiz que presentó una serie de romances transmitidos oralmente y recopilados en los años 80. En muchos de estos, su origen se remonta al mismo siglo XV. Hablan de historias truculentas, de amores entre moras y cristianos y cosas de estas. Lo más impresionante de todo, es que aún hay gente en Setenil que los recita de memoria. En algún lado guardo la cinta que se grabó de aquella conferencia y aportaré más datos porque la verdad es que fue muy emocionante.
Bueno, estamos en el último cuarto del siglo. Isabel y Fernando ya se han casado y todos sabemos lo que significa esto para Setenil y su comarca. Malos tiempos se avecinan para los hijos de El Cordi. Pero de esto hablaremos en otra entrada.
Nota: Os pongo el enlace de Un Episodio en la Frontera de Granada. 1462. El Madroño [Michel García] (es posible leerlo en pdf), que aunque no meciona a Setenil, es muy ilustrativo del tipo de guerra de guerrillas que caracteriza estos hechos de los que están jalonados las crónicas. Se trata de una incursión Nazarí en territorio cristiano, y que por la proximidad geográfica, seguramente contaría con la intervención de tropas setenileñas. Sólo son 16 páginas y es muy fácil de leer.
Si queréis saber más sobre como era la vida de los escaladores de élite, y cómo se lo montaban para hacer su trabajo, leed "Ortega, el Escalador", de Eloy Benito Ruano [UNED]. Un tipo duro que no tenía nada que envidiar a los escaladores modernos, sobre todo porque lo peor de su trabajo empezaba cuando llegaba a la cima.

martes, 17 de febrero de 2009

Los Escarpes del río Trejo. Setenil.

De fotos

De Los Escarpes del río Trejo


En la anterior entrada hemos hablado de las rutas que saliendo desde el pueblo, parten hacia la dirección que llevan las aguas, es decir, su huida natural (como si en vez de escarpe dijéramos escape). Aquí encontramos la confluencia de rutas y senderos que nos ofrecen la posibilidad de conjugar naturaleza, deporte, historia o simplente, un gustazo visual.
La palabra escarpe, según la Real Academia Española de la Lengua, viene a sinificar declive áspero del terreno, pero creo que esta palabra no define correctamente el lugar, ya que todo Setenil podría entrar dentro de esta definición.
El viajero que llega al pueblo desde casi cualquier punto, sólo ve las partes más altas de la villa y en ningún momento se puede hacer una idea de lo que se encontrará a su llegada. Así pues, todo Setenil sería un declive áspero del terrero. Concretamente, el pueblo es un aunténtico meandro de escarpados tajos de roca caliza, es un cañón socavado milenio a milenio por el río, auténtico autor de esta obra. De este meandro con forma de serpiente, los escarpes serían la parte final y más degada por donde va desapareciendo el pueblo.
El hombre usó de siempre las posibilidades que la naturaleza le ofrecía, así se aprovecha el calor que otorgan las cuevas horadadas en la roca como refugio, y la fuerza del agua como energía:
Son muchas las viviendas, algunas de ellas aún habitadas, que como salidas de otro tiempo destacan en el ocre de la piedra. Tambien son muchos los molinos de cereal y aceite, la mayoría ruinosos, que jalonan estos lares. Visitar estos lugares es comprender mejor la forma de vida de sus antiguos moradores. Todo un placer. Esperemos que el tiempo, la desidia o una equivocada idea de lo que significa el progreso, impida que otras generaciones tambien lo disfruten.

Para saber más:
Plan de Restauración Hidrológica y Protección de Cauces en el Término Municipal de Setenil de las Bodegas 2000-2006. Diputación de Cádiz. Medio ambiente.

Guadalporcún. Wikipedia: La Enciclopedia Libre.

El Molino de agua. Blog particular.

lunes, 16 de febrero de 2009

Paseo de los Caños y Los Escarpes del Río Trejo.

De Los Escarpes del río Trejo
De Los Escarpes del río Trejo

El pasado fin de semana hemos realizado una de las rutas más características y singulares que se pueden hacer por Setenil, que combina la salida desde las mismas entrañas del pueblo hasta su paulatino final junto a la ribera del Guadalporcún. Nos referimos a la nueva Ruta de los Caños, punto de partida de otros caminos, como son La Ruta de Los Molinos y Los Escarpes del río Trejo. Quedó empañado sin embargo el placer de recorrer parte de esta vereda, por el hecho de no haber elegido bién el momento, y por no responder las espectativas al recuerdo que de estos senderos guardaba yo de mis correrías infantiles...(tralarí, tralará)
El Paseo de los Caños, que va desde el Bañuelo a Los Caños, se inaguró hace un par de meses, pero las últimas crecidas del río la han dejado en muy mal estado, como veremos en las fotos. Nada que no se arregle en unas pocas jornadas de trabajo. Por otro lado, la vereda de Los Escarpes del Trejo ha desaparecido prácticamente, lo cual hace que su itinerario sea bastante dificil y complicado. La belleza del lugar por el que nos movemos hace que sea imprescindible que trate cuanto menos de presentároslo.
El punto de salida para conocer estos lugares bien puede ser Las Cuevas del Sol. El escaso recorrido del que hablamos hace que sea un itinerario perfecto para rebajar las cervecitas y tapitas que nos habremos tomado en cualquier bar de esta típica calle.
Salimos como digo desde Las Cuevas dirección a la Calle Jabonerías . Justo en la curva de confluencia entre las dos vías hay un cartel explicativo que nos habla del origen de tan curioso nombre, aunque una simple vista al lugar nos hará comprender muchas de las características geológicas que hacen de Setenil un lugar mágico y único.
Bajamos por esta calle, hasta llegar al punto de salida del Paseo de Los Caños, que por ser de nueva construcción aún no está señalizado (incluso no está bautizado. El nombre se lo he puesto yo provisionalmente a la espera de que la autoridad competente se lo dé). Si en vez de bajar por el camino de albero, seguimos la calle asfaltada, podemos visitar la Calle Cabrerizas, natural enlace con la anterior y que ni en belleza y espectacularidad la desmerece, pero nosotros bajaremos este camino hacia el río, buscando un puentecillo de madera que vemos desde el primer momento y que nos sirve para cruzar a la otra orilla. Veremos en este primer tramo los destrozos ocasionados por las últimas crecidas del Guadalporcún, que aunque ahora viaje con buen cauce, en verano no es más que un humilde arroyuelo al que de vez en cuando se le hinchan las narices.
El camino no tiene pérdida, sinplemente hay que seguir junto al lecho del río sin dejar de mirar a los impresionantes tajos bajo los que está enclavado. Los principales detalles de este sendero son los siguientes:
Justo sobre nuestras cabezas, a la derecha, tenemos la antigua Ciudadela Nazarí, La Villa, con la Iglesia de la Encarnación y Los Cortinales, pudiendo distinguirse restos de la murallas y recientes excavaciones arqueológicas.

En la primera parte del trayecto, desde el río mismo salen unas escaleras que nos llevan a la Calle Calcetas. ¡Impresionante!
En la primera curva, vemos un gran socavón formado por el río en su constante batallar contra la roca. En en este lugar, hoy tapado para su rehabilitación, fué donde se rodó una secuencia de la popular serie Curro Jiménez, concretamente la escena en la que Curro pelea con un enemigo sobre los techos de una casa en llamas. Nuestro amigo Sebastián Bermúdez tiene buen recuerdo de esto, pues estando enfermo cuando chiquitillo, su abuelo le trajo a los famosos bandoleros para que lo visitaran. Todo un detalle del Algarrobo y compañía.
Caminando siempre entre tajos, pitas y chopos, llegamos al final del trayecto junto a una escalinata que desemboca en la Fuente de los Caños.
Al llegar a este punto tenemos varias opciones:

1) Subir hacia el pueblo para llegar directamente a la Plaza, sin dejar de ver La Calle Calañas y pasando por El Callejón. Aqui está el principio de la Calle Calcetas, por lo que podemos visitarla a la vuelta.

2) Seguir la carretera camino de La Variante.

3) Coger dirección hacia La Molinilla y La Ruta de Los Molinos

El tomar cualquier de esto caminos depende del tiempo que tengamos y nuestras ganas de caminar. Aunque antaño estaban alineados, hoy día es casi mejor retomar los pasos y volver lo andado para verlo todo. Trataré de hacer un breve resumen de los dos últimos.

Dirección a La Molinilla y La Ruta de Los Molinos:

Cogemos un pequeño tramo desde la fuente de los Caños, hasta una pista que baja de nuevo hacia el río y cruzar un pequeño puentecillo. Llegamos a una antigua fábrica, cuya altísima chimenéa se vislumbra desde lejos y que está justo enfrente de una depuradora de aguas (E.D.A.R). Pasada esta, nos encontramos en un cruce. Si lo cogemos a la derecha vamos directamente a la Calle Cabrerizas y por consiguiente el origen de nuestro camino. Si seguimos a la izquierda nos encontramos una señalización que nos indica la dirección y las características del lugar, que no es otro que llegar al Charco de La Molinilla y el principio de la Ruta de los Molinos, popularmente conocido como Del Arroyo de Alcalá, por venir estas aguas de la localidad vecina.
En otro momento hablaremos de esta ruta, ideal para ir en bicicleta y de indudable interés natural y paisajístico. Hoy nos quedaremos en La Molinilla, lugar desde el que, hasta no hace mucho, se podía pasar a Los Escarpes del Río Trejo, y que hoy tiene muy dificil acceso. No recomiendo a nadie bajar por este tramo.
Una vez que hemos llegado aquí, destacamos las peculiares viviendas rupestres, algunas de ellas aún habitadas, y que me recuerdan a algunos pueblos cacereños de las Urdes. Creo que estamos en uno de los lugares más verdaderos de Setenil.
Es necesario para conocer el lugar, y una vez que hemos decidido dejar La Ruta de Los Molinos para otro día, volver sobre nuestros pasos.

Camino de La Variante:

LLegamos de nuevo a la Fuente de los Caños para coger la carretera dirección a Torre Alháquime. Si hacemos este trayecto con cuidado, podemos disfrutar de unas vistas impresionantes de Los Escarpes, de los buitres en el Chorrero sobre nuestras cabezas, las ruinas de viejos molinos y de los tajos de piedra caliza que no dejamos en ningún momento de nuestro trayecto.
Este camino puede terminar en la Variante, una especie de circumbalación rural señalizada que nos lleva de nuevo a Setenil.
Reconozco que las explicaciones son un poco complicadas, pero hay que tener en cuenta las diferentes posibilidades que tenemos por la confluencia de varias rutas, así que aquí tenéis unas cuantas recomendaciones:

El trayecto por carretera, buscando La Variante es ideal si volvemos en Bici de La Ruta de los Bandoleros (pasando el cuartel de la Guardial Civil, cogiendo dirección Olvera), puesto que hacemos parte del camino y podemos decidir si queremos entrar en el pueblo por La Plaza o por Las Cabrerizas, sin dejar de visitar La Molinilla.

Es posible bajar al antiguo camino de Los Escarpes, bien desde la Molinilla o desde el antiguo Molino hoy reconvertido que está en la carretera, pero es un trayecto dificil y complicado.

Sobre el paseo de Los Caños están realizando las obras del nuevo aparcamiento, por lo que puede desmerecer algo la vista. Esperemos que terminen pronto y el lugar quede bonito de veras.

Por favor, no hacer la Ruta de los Caños con el río crecido o con posibilidad de poder estarlo, si no quieren acabar en el Puerto de Santa María sin pagar el billete.

Pues nada, puede que ahora estén más liados que otra cosa, pero no duden que la gente del lugar es amable y seguro que si preguntan no tendrán ningún problema, así, que ya saben, a perderse que no es mala manera de conocer los lugares, y este desde luego, merece la pena: ¡toda una lección de geología la aire libre!
De Los Escarpes del río Trejo

De Los Escarpes del río Trejo

De Los Escarpes del río Trejo

De Los Escarpes del río Trejo

De Los Escarpes del río Trejo
De Los Escarpes del río Trejo
De Los Escarpes del río Trejo

De Los Escarpes del río Trejo
De Los Escarpes del río Trejo

sábado, 7 de febrero de 2009

El Cordi. Alcaide de Setenil

Dejamos al bueno de Fernadarias rumiando su pena y su odio. Al fin y al cabo, como cuenta el romance … no se tuvo por vengado. Perder un hijo o la propia vida es el peaje a pagar por vivir en la frontera.
Mientras tanto, quizás en su casa setenileña y al abrigo de la muralla, un guerrero musulmán le cuenta a los suyos lo poco que ha faltado para perder la suya. Es El Cordi, Alcaide moro de Setenil que seguramente por poquito se librara de la venganza que tan fiéramente El Alcaide de Cañete le infringiera a la caballería rondeña. Así eran estas gentes.
Pero no sería este Cordi un hombre de perder el ánimo tan fácilmente. Tantos años en la frontera imprimen carácter, y como veremos más adelante, El Cordi lo tenía y grande, llegando a ser considerado un personaje mítico en el Reino de Granada. Ser durante treinta años Alcaide de Setenil, en unos tiempos tan revueltos y difíciles como aquellos, no estaba al alcance de cualquiera (ahora me parece que ser alcalde es mucho más fácil y lucido que entonces), y a este hombre no lo achantaban así como así. Digno rival para Fernandarias y el mismísimo Infante Don Fernando de Antequera si era menester.
Recomiendo a todos la pausada lectura de La Crónica de Juan II de Castilla, desde el Capítulo 62 en adelante, concretamente desde la página 151. Nos habla esta deliciosa obra, escrita en castellano del siglo XV, del asedio que el mismísimo Infante Fernando de Antequera impuso a Setenil allá por el mes de Octubre del 1407, con lombardas y todo, con la florinata de la caballería de la época, que todos querían lucirse en la toma de la fortaleza nazarí. Pero, ¡hay amigos!, que no sabían estos pájaros quien les esperaba en La Villa. Ni más ni menos que nuestro amigo El Cordi, y aquí si que lo pasaron mal estos caballeros acostumbrados a una guerra más de campo abierto que de escalar tajos arriba y abajo, y de perder la vida de un lanzazo en la ingle o un bollano mal dado. Así nos cuenta como un tal Juan de Porras, por salir imprudentemente en busca de vituallas murió junto con otros compañeros sin que ni su propio hermano pudiera hacer nada por salvarle la vida, llevándose este mismo dos o tres virutazos de recia encina setenileña en el pellejo. Estas huestes del Cordi no se andaban por las ramas.
Pasan los días de Octubre, y los oficiales de Don Fernando le aconsejan levantar el sitio, que la villa no se conseguirá si no es a costa de perder muchos y buenos caballeros, que la tropa está desmoralizada y que pronto llegaran las lluvias y los fríos. El Infante, a regañadientes eso si, que sabe que la vergüenza a su nombre será mucha por la rebeldía de los moros en no entregarse, manda finalizar el asedio y buscar cobijo en tierras cristianas.
Salen los cristianos como pueden, atropelladamente diría yo, y dejando mucha intendencia en el real. Llega el relato a un punto interesantísimo en el que, quedando encargado de la retaguardia el Condestable Don Ruy López Dávalos, y viendo de que manera el personal va saliendo de las lomas de Setenil que parecen que huyeran del mismísimo diablo, reprende a los suyos y cabalgando con otros en busca de algún objeto de valor que quedara en el campamento, se topa con el mismísimo Cordi. Da a entender el relato que ese encuentro se produce en lo que hoy sería la plaza, a donde llegaría el Condestable, para desde el Lizón hablarle el Alcaide:
-¿Porqué no te vas con los tuyos? ¿no te cansas de hacernos mal?
- Que no Cordi, que no, que sólo vengo a recoger unos fierros que se dejaron los míos
y orgulloso y altivo, el moro le responde desde el Lizón, que parece el pecho pujante de un coloso (desde la plaza parece como si la roca sacase pecho):
Esos hierros los he cogido yo para hacer herraduras a mis caballos. ¡Toma ya la chulería del moro!
- Pues nada. que se le vamos a hacer, le responde el Condestable.
- Con Dios Cordi
- Con dios Codestable. Buen viaje...
¿Quien diantres es este Cordi, tan obstinado y valiente que hace huir al mismísimo Infante de Castilla? Pues este señor era uno de esos que estaba en continuas refriegas con el Fernandarias, que más de una vez estuvo a punto de perder el pellejo a manos del de Cañete, como aquella vez, por el 1401, en la que el castellano salió a correr por las tierras de Ronda, para degollar a treinta desgraciados que pilló por esos campos y llevarse 300 vacas y 2000 ovejas, precioso y fácil botín si no fuera porque detrás suyo salen bien enfadados los rondeños, como es lógico, y el zorro Alcaide de Cañete, manda a unos huir con el botín para aguardar él con sus caballeros a los moros, muy cerca de Setenil.
Desde el torreón, El Cordi, escuchando la música del guateque sale con los suyos a cortarle la retirada al Fernandarias, pero este que de guerra sucia sabe un montón, les sale por el otro lado y ¡zas! mata lo que no está en los escritos y todos corriendo a resguardarse en la Villa, que el Fernandarias cabreado ya sabemos como se las gasta.
Bueno, estas son las cosas de la frontera, como dijimos, y donde las toman las dan, y El Cordi, pronto tendría ocasión de devolver la afrenta.
Fue cuando el Infante Don Fernando andaba por Antequera, en la empresa que a la postre le daría fama y renombre. El Alcaide Fernandarias estaba con él, como es lógico, quedando Cañete a cuidado de su hijo. Cometió entonces este muchacho la osadía de salir a correr tierras de moros, allá por Ronda, y a la vuelta lo pillaron los setenileños para darle muerte a este y a otros muchos. El resto de la historia ya la conocemos por el Romance de la Venganza de Fernandarias; el viejo deja el sitio de Antequera y sale a matar rondeños (hay que tener en cuenta que las tropas de Setenil siempre combaten junto con las de Ronda).
Esta es la gente de la frontera. Un personaje tan singular como es el Fernandarias necesita de un alter ego como El Cordi, que no le desmerece ni en fiereza, ni en valentía y mucho menos en inteligencia. Yo personalmente me quedo con el Alcaide moro de Setenil, orgulloso y valiente que defiende su pueblo a capa y espada y que no le tiene miedo a nadie. Con él, Setenil fue considerada la perla de la frontera granadina, con fama de inexpugnable e inconquistable. En los salones de la Alhambra, allá en la capital Nazarí, celebraban los granadinos sus victorias con alegría y júbilo. Con más guerreros como El Cordi, los cristianos lo habrían pasado bastante peor para concluir la Reconquista.

Bibliografía:
Crónica de Juan II de Castilla. Escrito por Fernán Pérez de Guzmán. Juan de Mata Carriazo.
Setenil de las Bodegas. José y Jesús de las Cuevas. Dpto. de Publicaciones de la Diputación Provincial de Cádiz. Serie Pueblos de la Provincia de Cádiz. Nº 11
Romance de La Venganza de Fernandarias. Anónimo.

viernes, 6 de febrero de 2009

El Romance de Fernandarias

Iniciamos aquí el ciclo relativo a la historia de Setenil, su entorno y sus gentes. No quisiera hacer una relación lineal de los hechos que han marcado el devenir histórico de nuestra localidad, pues para eso ya hay manuales y textos en Internet muchos más extensos y especializados. Si os parece vamos hablando poco a poco de hechos significativos, dando saltos en el tiempo según nos interese un tema u otro.
Sin lugar a dudas, Setenil tiene un momento álgido en la historia como es la Reconquista a manos de los Reyes Católicos en 1484, en los albores de la Guerra de Granada, conflicto que durante diez años se disputó por tierras andaluzas y que a la postre significaría la caída del último bastión musulmán en la península; El Reino de Granada. Todo lo que hay anterior y posterior a esa época, deja de tener valor histórico conforme nos alejamos temporalmente en la nombrada fecha. Sin embargo, durante las décadas previas a la conquista, Setenil forma parte de lo que se denomina Tierra de Fronteras, un límite entre Los Reinos Cristianos y Musulmanes, que ya a estas alturas de reconquista se encuentra en nuestros pagos. Hablamos del siglo XV, cuando el Reino de Granada aguanta a duras penas los embates castellanos.
Setenil se sitúa pues en los límites del Reino Nazarí, como un estratégico enclave de su sistema defensivo, en una zona peligrosa de difícil vecindad entre enemigos. La historia y la tradición nos hablan aquí de reyertas, cabalgadas, francachelas más que de grandes batallas. Es una guerra de guerrillas, donde unos las dan y otros las toman, para luego devolver el golpe, y así hasta que se solicita una tregua para realizar una transacción económica, una boda, el arrendamiento de unos campos etc. Nada, lo normal entre vecinos. Es aquí, en estas tierras nuestras donde se fragua el verdadero modo de ser y de luchar de los futuros tercios españoles que en años posteriores conquistarán medio mundo. Es en nuestros campos y sierras, luchando contra un enemigo tan encarnizado por defender lo suyo, donde se forja el espíritu indómito, anárquico y temperamental que caracterizó a los hombres que conquistaron Italia, Flandes y América posteriormente.
De estos hechos de armas, en apariencia tan poco efectivos, surgen lo que los especialistas llaman Romances de frontera, un tipo literario épico de gran valor propagandístico, que exagera sin ningún lugar a duda muchos encuentros y gestas.
De importancia para Setenil es el famoso Romance de Fernandarias, claramente encuadrado en este género, y que muy a las claras nos da una imagen de la vida en la frontera y de las gentes que la habitaban.
Trata este Ronance de unos hechos que le ocurrieron al entonces Alcaide de Cañete y a su hijo, que desoyendo el consejo de su padre, sale a correr por tierras de Setenil. Lo que en principio parecía una fácil cabalgada por tierras enemigas, sin ninguna oposición y un rápido y sustancioso botín, se convierte en una celada por parte de una fiera coalición de caballeros de Setenil y Ronda, que incluso dan muerte al impulsivo caballero. Así las cosas, se narra como el padre jura venganza y la emprende contra sus enemigos causando muchas muertes entre los moros:
Buen alcaide de Cañete, - mal consejo habéis tomado:
en correr a Setenil - hecho se había voluntario.
¡Harto hace el caballero - que guarda lo encomendado!
Pensasteis correr seguro - y celada os han armado.
Fernandarias Sayavedra, - vuestro padre os ha vengado,

que acuerda correr a Ronda, y a los suyos va hablando:

Luego va relatando el viejo Fernán Arias a los suyos lo irreflexivo del comportamiento de su hijo y de que como las ganas de guerrear contra los moros lo llevaron a cometer tamaña imprudencia:
Nunca quiso mi consejo,siempre fue mozo liviano,
que por alancear un moro perdiera cualquier estado.
Siempre esperé su muerte en verle tan voluntario.

Cuenta el poema en tercera persona como los castellanos se toman cumplido escarmiento, quedando el éxito empañado por la muerte de algunos cristianos en la refriega, terminando, quizás a modo de amenaza y odio eterno al enemigo, como el viejo Alcaide no queda satisfecho con la venganza:
...mas el viejo Hernandarias no se tuvo por vengado.

Según algunos estudios, la primera reyerta, aquella en la que muriera el hijo, se dió por tierras setenileñas, dándose la segunda, la de la cumplida venganza, en lo que hoy sería el Puerto del Monte o incluso Arriate.
Historia o leyenda, o más bién historia ricamente ornamentada, viene a decirnos los tejemanejes que se traían estas gentes del XV, en un largo periodo de tiempo de cierta estabilidad de fronteras, sin avances significativos, más por los problemas internos del propio Reino de Castilla que otra cosa, pero que mantuvo un auténtico status quo hasta prácticamente la última década del siglo.
Nos habla aquí también de una nobleza muy característica, como son los adelantados, alcaides, mariscales y demás élite militar, que tenían en la guerra su modo de vida y que buscaban en la frontera las oportunidades que en zonas más interiores del reino les era denegada.
Se conoce bién la historia de esta familia del Alcaide Fernán Arias, los Saavedra, un clan ligado inexorablemente a la guerra, más que como forma de medrar social y económicamente, como un elemento vital de sus propia existencia: la guerra como forma de vida. De hecho esta peculiaridad marca el temperamento y caracter de sus componentes, en una mezcla de fatal destino y heróica resignación: los Saavedra pagaron con creces el peaje con la muerte de forma violenta de un gran número de sus miembros: Quien a hierro mata...

Bibliografía: Los Saavedra y la Frontera con el Reino de Granada. Rafael Sánchez Saus. Estudios sobre Málaga y el Reino de Granada. Servicio de Publicaciones Diputación Provincial de Málaga. 1987.
El Romance de la Venganza de Fernandarias. Anónimo. (versión completa)
Dinamismo Social en el reino Nazarí (1454-1501) De la Granada Islámica a la Granada Mudéjar. Universidad de Granada. Facultad de Filosofía y Letras Dpto. de estudios Semíticos. Antonio Peláez Rovira. Tesis Doctoral dir. por Emilio Molina Gómez. Granada 2006
Antología de Poetas Líricos Castellanos.VII: Parte 2ª: Tratado de los Romances Viejos.II [p.94].[2]. cap.XIX. Ver página nº 53




De Historia

lunes, 2 de febrero de 2009

Invierno Lluvioso

De SETENIL
De SETENIL
De SETENIL
De SETENIL
De SETENIL
De SETENIL
De SETENIL
Hacía tiempo que no se veía un invierno como este, o por lo menos ya no nos acordábamos. Hace poco presentamos unas fotos de los tajos con chuzos, y es que está haciendo bastante frío. Por otro lado, las lluvias son constantes desde el otoño, y aunque hay gente que ya empieza a estar un poco cansada de tanta agua, por regla general están siendo bastante beneficiosas. Tenía que hacer frío y llover, sobre todo después de la sequía de los cuatro años pasados. Por todos lados se ven los arroyos crecidos, los caminos embarrrados, verdín en los muros y el campo está esperando dos días buenos de sol para explotar en verdor. Quizás la lluvia haya fastidiado más de la cuenta a los aceituneros, pero sobre todo están mosca los bares y restaurantes que ven como pasa un domingo y la afluencia de visitantes es menor de la esperada. ¿Qué se le va a hacer? Nunca llueve a gusto de todos, pero pronto llegará la primavera y en nuestra tierra los días soleados están asegurados. Disfruten del invierno.
De SETENIL